En un momento en que la incertidumbre mundial y la fatiga democrática amenazan la participación ciudadana, la Iniciativa Ciudadana Europea es un poderoso recordatorio de que la democracia en Europa no se trata solo de representación, sino también de participación. Al ofrecer a los ciudadanos los medios para incluir sus preocupaciones directamente en la agenda de la UE, la ICE refuerza la confianza entre los europeos y sus instituciones, demostrando que cada firma puede ayudar a configurar el futuro de la Unión.
Este mensaje ocupó un lugar central en un taller organizado por el Servicio Europeo de Acción Ciudadana (SECA) durante la Cumbre de Asuntos Públicos celebrada en Bruselas el 6 de noviembre de 2025. David Knight, del Gabinete Šefčovič de la Comisión Europea, se unió a participantes de las instituciones de la UE, la sociedad civil, el mundo académico y el sector privado para reflexionar sobre cómo las herramientas de democracia participativa —desde paneles de ciudadanos hasta consultas en línea— pueden hacer que la elaboración de políticas sea más inclusiva y resiliente.
Un instrumento transnacional único
para la participación democrática
David Knight describió la ICE como una «herramienta única y en evolución» que permite a los europeos proponer cuestiones de importancia para toda la UE directamente a las instituciones europeas.
enfatizó, ya que los valores democráticos están bajo presión en un mundo cada vez más volátil.
Quince años después de su creación —y cinco años después de la revisión de su Reglamento—, la ICE sigue creciendo como piedra angular de la democracia participativa. Ofrece a los ciudadanos una forma concreta de influir en la política de la UE desde abajo hacia arriba, haciendo que la Unión responda mejor a las prioridades públicas.
Quince años de progreso y reforma: impacto tangible en la política de la UE
Desde su puesta en marcha, se han registrado 121 iniciativas. La reforma de 2019 del Reglamento ICE y su entrada en vigor en 2020 aportaron importantes mejoras: menos denegaciones de registro, procedimientos más sencillos y nuevas herramientas, como el sistema central de recogida en línea, el proceso de registro en dos fases y el Foro de la ICE, que ofrece a los organizadores asesoramiento jurídico especializado y asesoramiento en materia de campañas. Estos desarrollos han hecho que el proceso sea más transparente, accesible y fácil de usar.
Knight señaló varias iniciativas ciudadanas europeas que ya han dado forma a la política de la UE:
- Derecho al agua, que contribuyó a la revisión de la Directiva sobre el agua potable.
- Save Bees and Farmers y Ban Glyphosate, que estimuló el debate a escala de la UE sobre la biodiversidad y la regulación de los plaguicidas.
Mientras que algunos organizadores destacaron los desafíos con el ritmo del seguimiento, Knight enfatizó que
Sirve como una señal temprana de las preocupaciones de los ciudadanos, influyendo en los debates de la UE e inspirando la reflexión legislativa incluso más allá de las iniciativas que superan el umbral de un millón de firmas.
Por ejemplo, Reclaim Your Face ayudó a configurar los debates de la UE sobre los derechos digitales a pesar de no alcanzar el umbral, mientras que Ban on Conversion Therapy, aún bajo verificación, ya ha informado a la Estrategia LGBTQ+ de la UE.
Más allá de la respuesta de la Comisión: cómo hacer que la ICE tenga un mayor impacto
Durante la sesión, los participantes aportaron ideas a través de un debate interactivo de Slido sobre cómo reforzar el impacto de la ICE más allá de la respuesta formal de la Comisión.
Los representantes de la sociedad civil, las ONG y los defensores de los ciudadanos pidieron más información pública y formación práctica para ayudar a los europeos a comprender cómo lanzar y apoyar iniciativas de manera efectiva. Los participantes también destacaron la necesidad de que las coaliciones nacionales de agentes dispuestos —incluidos los gobiernos, los parlamentos y la sociedad civil— colaboren para traducir las ICE exitosas en resultados políticos o jurídicos concretos.
Otros destacaron la importancia de la participación ciudadana continua a lo largo de todo el proceso: no solo después de la presentación de la iniciativa, sino también antes, durante y después de su evaluación, garantizando un verdadero diálogo entre los ciudadanos y las instituciones. Varios participantes sugirieron vincular la ICE con otros instrumentos participativos, como paneles de ciudadanos o consultas en línea, para crear sinergias más sólidas y mejorar la participación democrática general a escala de la UE.
De cara al futuro: Fortalecimiento de la confianza a través de la participación
Knight anunció que la próxima revisión del Reglamento ICE tendrá lugar en 2027, con un enfoque en mejorar aún más la visibilidad, la eficiencia y el impacto. También se prevén nuevos esfuerzos de comunicación multilingüe e iniciativas educativas orientadas a la juventud para garantizar que más europeos —especialmente jóvenes— comprendan y utilicen la ICE como herramienta democrática.
Concluyó que, si bien la ICE no está exenta de desafíos, sigue siendo esencial para el futuro de la democracia europea. Empoderar a los ciudadanos no solo es un imperativo democrático, sino también una necesidad estratégica para un futuro europeo resiliente.
Sobre el autor:
Marta Azevedo Silva es profesional de la comunicación y directora de comunicación del Servicio Europeo de Acción Ciudadana (ECAS). Dirige el desarrollo y la ejecución de iniciativas de comunicación estratégica y participación de las partes interesadas, supervisando la presencia digital de ECAS e impulsando los esfuerzos de comunicación, difusión y explotación de proyectos financiados por la UE.
Tiene experiencia en divulgación pública, promoción, gestión de eventos internacionales, creación de asociaciones y relaciones con los medios de comunicación, habiendo trabajado anteriormente en comunicaciones y roles de prensa en Bélgica, Malta y Portugal.
Las opiniones expresadas en el Foro de la ICE reflejan exclusivamente el punto de vista de sus autores y no puede considerarse que reflejen, en modo alguno, la posición de la Comisión Europea o de la Unión Europea.





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