Ir al contenido principal
Foro de la Iniciativa Ciudadana Europea

Los ciudadanos catalizan el cambio en el panorama democrático europeo

Actualizada el: 26/03/2024

«La Iniciativa Ciudadana Europea marca indudablemente un importante avance hacia el fomento de la participación ciudadana y la construcción de una Unión Europea más participativa y transnacional», escribe Paola Ladisa, estudiante y profesional italiano en su tesis de máster titulada «La Iniciativa Ciudadana Europea: ¿una vía hacia la democracia transnacional en Europa?». «Sin embargo», continúa: «... resulta evidente que persisten los retos. El escaso entusiasmo entre los ciudadanos y el enfoque prudente de la Comisión a la hora de aceptar plenamente las solicitudes de ICE plantean dudas sobre su potencial para servir de catalizador transformador de la democracia transnacional en Europa».

En este artículo para el Foro ICE, Paola Ladisa resume los principales argumentos de su investigación. (nota al lector: el artículo solo presenta las opiniones del autor y no puede considerarse en modo alguno que refleje las opiniones de la Comisión). 

Los cambios y los avances en la maquinaria intricable de la UE están impulsados por un proceso de toma de decisiones tecnocrático complejo y a menudo citado. Sin embargo, este proceso ha experimentado y sigue experimentando una democratización gradual, favoreciendo una mayor participación de la sociedad civil y de los ciudadanos europeos. Un ejemplo pionero de esta evolución es la Iniciativa Ciudadana Europea, una herramienta de democracia transnacional que es la primera de este tipo a escala europea. La iniciativa faculta a 1 millones de ciudadanos de al menos siete Estados miembros diferentes para proponer una iniciativa legislativa a la Comisión Europea.

¿Asistimos a una nueva era de gobernanza impulsada por los ciudadanos en el corazón de Europa? La exploración del potencial y el funcionamiento de este instrumento no solo resulta intrifante debido a su conexión con los debates en curso sobre la esencia de la Unión Europea y el modelo democrático más adecuado para ella, sino también porque suscita reflexiones reflexivas sobre las oportunidades y los derechos de los ciudadanos.

 

Rompecabezas democráticas deEuropa: integrar la democracia en el corazón de Europa

La actual evolución política de la Unión Europea requiere una mayor legitimidad derivada de su ciudadanía. En respuesta a estas demandas cambiantes, el Tratado de Lisboa incorpora una sección específica que introduce mecanismos democráticos innovadores, que abarcan tanto la gobernanza representativa como la participación directa. Se concede a los ciudadanos europeos acceso a una amplia gama de herramientas participativas que van más allá de la representación política formal. Estas herramientas incluyen instrumentos de fijación del orden del día, en particular las peticiones al Parlamento Europeo y la Iniciativa Ciudadana Europea. Además, existen mecanismos de contribución en la elaboración de políticas, como consultas públicas, acceso a documentos y revisiones ex post y reclamaciones sobre mala administración dirigidas al Defensor del Pueblo. La Comisión Europea implica sistemáticamente a los ciudadanos y a las partes interesadas en las consultas públicas a lo largo de los procesos legislativos y de elaboración de políticas, aprovechando así información valiosa de los grupos de interés. Aunque este enfoque ofrece a la sociedad civil oportunidades para influir en el establecimiento de la agenda y plantear cuestiones importantes, no es una manifestación directa de la «regla de las personas». En particular, la Comisión conserva un amplio margen de apreciación a la hora de decidir si interactúa con los grupos de interés y la sociedad civil, así como para determinar cómo aprovechar la información obtenida. Además, las intricacias y el carácter interconectado del proceso legislativo europeo y la burocracia contribuyen a ampliar la brecha, alejando aún más a los ciudadanos de este engorroso sistema.

El imperativo de ampliar la democracia participativa se ajusta a una redefinición global del concepto democrático. Diversas teorías han servido para desenmendar la esencia democrática de la Unión Europea, delimitando los contornos del supuesto déficit democrático y proponiendo posibles soluciones. Entre ellas, la teoría de la democracia transnacional, estrechamente vinculada a la Iniciativa Ciudadana Europea, surge como una perspectiva clave. Esta teoría, pionera por Bohman (2010), descendiente del transnacionalismo, considera que la legitimidad y las deficiencias democráticas de la UE se derivan principalmente de una perspectiva sociológica, en particular de la falta de participación ciudadana. Por consiguiente, Bohman sugiere una reformulación de la cuestión como un «déficit deliberativo» en lugar de como democrático. 

La teoría de la democracia transnacional se centra en una red de intensas interacciones transfronterizas destinadas a transformar y ejercer el poder a través de las fronteras y los niveles. En las propias palabras de Bohman, «La democracia transfronteriza significa que las fronteras no marcan la diferencia entre la democracia dentro y la no democrática fuera de la política, entre quienes tienen el poder normativo y la libertad de comunicación para presentar demandas ante la justicia y quienes no lo hacen. No se trata de una democracia más allá de las fronteras, sino más allá de las fronteras; no una democracia de una sola comunidad, sino muchas comunidades diferentes; no de un demos, independientemente de los múltiples niveles, sino de muchos demi».

 

Desbloquear la democracia transnacional: descodificar el potencial de la Iniciativa Ciudadana Europea

La consideración de una posible redefinición de la democracia en la UE dirige nuestra atención a un instrumento fundamental: la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE). La iniciativa ciudadana europea, introducida en 2011 por el Tratado de Lisboa, sirve tanto como instrumento de definición de la agenda como de mecanismo democrático participativo. A diferencia de los enfoques tradicionales, tiene el potencial de superar las fronteras nacionales, transformando la democracia en una forma participativa transnacional. La Iniciativa Ciudadana Europea capacita a los ciudadanos europeos al proporcionar una plataforma única para proponer legislación, fomentando el compromiso directo con el proceso de toma de decisiones de la UE.

Esta herramienta innovadora permite a 1 millones de ciudadanos de al menos 7 Estados miembros diferentes invitar a la Comisión Europea a presentar una propuesta legislativa sobre un asunto necesario para la aplicación de los Tratados. La referencia jurídica en el Derecho derivado de la Unión es el Reglamento (UE) 2019/788 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de abril de 2019, sobre la iniciativa ciudadana europea. El Reglamento establece requisitos ex ante y ex ante para presentar con éxito una iniciativa. Los pasos se resumen brevemente en la imagen que figura a continuación. 

Process of ECI Flow Chart - Set up of the Citizens' Committees - The Commission eventually registers and publish the initiative - On paper or Online collection of statements of support (12 months) - Verification of the statements of support by national authorities (3 months) - Submission of the initiative - Meeting with the Commissioner(s) (within 1 month from submission) - Public hearing at the European Parliament (within 3 months from submission) - Commission's Communication (within 6 months from submissi

Para una comprensión más completa de los requisitos y el proceso, véase el Reglamento (UE) 2019/788 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la iniciativa ciudadana europea.

Al permitir la puesta en común de esfuerzos y firmas a través de las fronteras, la ICE amplifica las voces individuales, abordando cuestiones comunes que trascienden las fronteras nacionales. Más allá de su función legislativa, la ICE contribuye a la politización de las cuestiones dentro de la Unión Europea, fomentando el intercambio de recursos y dando lugar a las preocupaciones de los ciudadanos. La ICE sirve de catalizador para el compromiso y el debate públicos, fomentando el discurso comunicativo en la elaboración de las políticas de la UE. Anima a los organizadores a presentar justificaciones ante los comisarios y en las audiencias públicas en el Parlamento Europeo, mejorando la transparencia y la rendición de cuentas. A través de este enfoque colectivo, podría surgir una identidad europea unificada como una realidad tangible.

 

Aplastamiento de algunas cifras: evaluar los avances y liberar el potencial de mejora

Al examinar los datos, es difícil afirmar que la Iniciativa Ciudadana Europea ha logrado el reconocimiento que merece. Hasta la fecha, el instrumento tiene una resonancia limitada. No obstante, como señaló Greenwood, la evaluación del éxito de la ICE debe trascender los parámetros empíricos. Por el contrario, debe valorarse reconociendo su potencial democrático y transnacional. Sobre la base de los conocimientos de Greenwood, Paola Ladisa sugiere que se proceda a un análisis de la ICE sobre tres dimensiones

1. Examinar su impacto en la ampliación del espectro de temas considerados por las instituciones políticas; 2. Evaluar su papel en el fomento de los debates públicos; 3. Evaluar la presencia duradera de la red transnacional de organizadores y seguidores a lo largo del tiempo.

 

El análisis de las respuestas a las 10 ICE presentadas con éxito en julio de 2023 revela que la Comisión, al tiempo que demuestra un apoyo significativo durante las fases iniciales de la presentación, actúa con cautela a la hora de aceptar las propuestas de los organizadores. Este enfoque prudente puede deberse a la reticencia de la Comisión a compartir sus competencias exclusivas de iniciativa legislativa con los ciudadanos. No obstante, esta reticencia podría servir de incentivo para la continuidad de la actividad de la red incluso tras la respuesta de la Comisión. El segundo aspecto destacable que cabe destacar se refiere al contenido y a la amplitud de las peticiones de los ciudadanos. En casi todos los casos, estas solicitudes introdujeron nuevas perspectivas en la agenda de la Comisión, prestando especial atención a las cuestiones relacionadas con la conservación del medio ambiente y la sostenibilidad (1.a dimensión).

Al crear un discurso público (2.a dimensión), la ICE resulta prometedora al captar participantes de una amplia gama de Estados miembros. Cabe señalar el apoyo fundamental de las organizaciones no gubernamentales (ONG), un factor distintivo entre las iniciativas ciudadanas europeas que alcanzan con éxito el umbral y las que no lo hacen.  Esto sitúa a la ICE como una forma potencialmente poderosa de presión fuera de los grupos de presión.

El examen de las redes duraderas de organizadores y simpatizantes (3.a dimensión) pone de manifiesto los esfuerzos de promoción en curso y una posible base para una esfera pública europea. En particular, los organizadores han adoptado campañas centradas en las redes sociales, dirigidas al grupo de edades comprendidas entre los 21 y los 30 años, una demografía frecuentemente comprometida en las redes sociales, que apuntan a una estrategia ganadora para «acercar Europa a sus ciudadanos».

Group of organisers sitting on table - StopFinningEU

Aunque la ICE tiene una inmensa promesa, es fundamental reconocer que puede no ser la panacea para todos los retos democráticos a los que se enfrenta la UE. La evolución del panorama requiere un proceso continuo de evaluación y adaptación para abordar la naturaleza dinámica de nuestro tiempo. 

No obstante, esta transformación es una transformación que puede y debe comenzar a nivel de base, impulsada por el apoyo y el interés de los propios ciudadanos. ¿Cuándo ejerció su derecho de voto en las elecciones nacionales? ¿Cómo en las elecciones europeas? ¿Cuándo fue la última vez que visitó el sitio web de la ICE?

Colaboradores

Paola Ladisa

Paola Ladisa, estudiante y profesional italiano, ha emprendido iniciativas académicas en varios países europeos, cultivando un contexto diverso y multicultural que ha configurado profundamente su desarrollo intelectual y personal. Durante su mandato como becaria en la Comisión Europea, Paola desempeñó un papel activo en la elaboración de políticas en el ámbito de las políticas pesqueras. En particular, contribuyó a la respuesta de la Comisión a la iniciativa ciudadana europea «Stop finning — stop the trade», una experiencia que sirvió de inspiración para su tesis de máster titulada «La Iniciativa Ciudadana Europea: ¿una vía hacia la democracia transnacional en Europa?».

Dejar un comentario

Para poder añadir un comentario, tienes que autenticarte o registrarte.
Exención de responsabilidad: Las opiniones expresadas en el Foro de la ICE reflejan exclusivamente el punto de vista de sus autores y no puede considerarse que reflejen, en modo alguno, la posición de la Comisión Europea o de la Unión Europea.
¿Vas a registrar una iniciativa?

¿Quieres apoyar una iniciativa? ¿Quieres informarte sobre iniciativas actuales o pasadas?