El Parlamento Europeo se compromete a asumir una mayor responsabilidad en el seguimiento de las iniciativas exitosas

El largo camino hacia una Iniciativa Ciudadana Europea que funcione para todos

El 5 de julio de 2018, el Parlamento Europeo votó en Estrasburgo a favor de la decisión de iniciar las negociaciones con el Consejo sobre la revisión del Reglamento de la Iniciativa Ciudadana Europea. La decisión del Parlamento iba acompañada de un importante anuncio: György Schöpflin, diputado al Parlamento Europeo responsable en nombre del Parlamento, anunció que iniciaría un cambio en las propias normas del Parlamento a fin de garantizar que las iniciativas ciudadanas que hayan prosperado siempre sean debatidas por el Parlamento en el Pleno, además de la audiencia pública con los organizadores ya prevista en el Reglamento actual. Este compromiso constituye un avance importante en la nueva propuesta de Reglamento, ya que la revisión hasta este punto no ha abordado el problema crítico de la percepción de que las iniciativas que han prosperado carecen de impacto político.  

La Iniciativa Ciudadana Europea es un instrumento con un gran potencial, no solo para los ciudadanos individuales o para las organizaciones de la sociedad civil, ya que les permite participar directamente en el establecimiento de la agenda política europea, sino también para la Unión Europea en su conjunto. La Iniciativa Ciudadana Europea tiene el potencial de aprovechar el impulso intrínseco de los ciudadanos para mejorar la Unión Europea y la sociedad en su conjunto. Esto reviste una importancia crucial en un momento en el que un gran número de personas cuestionan el papel de la Unión Europea, que perciben como un proyecto político de élite en el que no se escucha su voz y sus preocupaciones. Si bien existe potencial, el camino hacia la realización de este potencial es rocoso, para decirlo ligeramente. Los primeros seis años de experiencia con iniciativas han demostrado que la Iniciativa Ciudadana Europea, si no se regula y aplica adecuadamente, es más probable que dé lugar a un mayor desencanto y escepticismo entre los ciudadanos que a su empoderamiento. Esta es una de las razones por las que las instituciones de la UE están revisando actualmente la legislación sobre el instrumento.

Si bien todas las instituciones y partes interesadas están de acuerdo en que la Iniciativa Ciudadana Europea debe ser más accesible, fácil para los usuarios y más conocida por los ciudadanos, la cuestión más crítica de la revisión es cómo garantizar que las iniciativas ciudadanas que han prosperado — las que lograron recoger un millón de firmas — se traten de manera justa. En los últimos seis años hemos tenido cuatro iniciativas de éxito, que pronto serán cinco, y una vez reconocidas como tales, todos los ojos se dirigieron inmediatamente a la Comisión Europea. ¿Cómo respondería la Comisión? Esto es comprensible en la medida en que solo la Comisión tiene derecho a iniciar procesos legislativos y, por tanto, se le carga formalmente la responsabilidad de responder a iniciativas exitosas.

Sin embargo, esto también dio lugar a un desajuste estructural de las expectativas entre los organizadores y los partidarios de iniciativas ciudadanas exitosas, por una parte, y los responsables políticos europeos, por otra. En este contexto, hemos iniciado la campaña de la sociedad civil #EPForgetUsNot, junto con más de 80 organizaciones de la sociedad civil y todas las iniciativas ciudadanas exitosas, para abordar la importante responsabilidad que tiene el Parlamento Europeo en el seguimiento de las iniciativas que han prosperado. Estamos convencidos de que solo el Parlamento Europeo, como única institución de la UE elegida directamente por los ciudadanos y responsable ante ellos, puede mediar de forma creíble y eficaz entre las demandas relativamente sencillas derivadas de una iniciativa exitosa y la compleja realidad de la elaboración de políticas europeas.

El compromiso del Parlamento de celebrar debates en el Pleno sobre iniciativas exitosas es un primer paso importante hacia una mayor apropiación de la Iniciativa Ciudadana Europea. Habrá que adoptar más medidas y cada institución tendrá que asumir su propia parte de responsabilidad en relación con la Iniciativa Ciudadana Europea. Esta es la única manera en que el instrumento participativo puede convertirse en un éxito, no solo a los ojos de los responsables políticos, sino también a los ojos de los ciudadanos de toda la Unión.