La iniciativa ciudadana europea «Cuotas de aire» propone una nueva forma de reducir las emisiones de forma equitativa, empezando por el transporte aéreo. La idea es dar a cada ciudadano una asignación anual de carbono que cubra todo lo que consumen, desde vuelos hasta productos cotidianos. Aquellos que consumen menos bienes y servicios con alto contenido de carbono —como vuelos, carne o energía de combustibles fósiles— pueden vender sus puntos no utilizados, mientras que aquellos con estilos de vida más intensivos en carbono tendrían que comprar más para cubrir sus emisiones. Los partidarios dicen que este sistema cambiaría la demanda de los consumidores y empujaría a las empresas a reducir su huella de carbono.
Para explicar cómo funciona y por qué la participación ciudadana es clave, hablamos con Armel Prieur, el representante de la Iniciativa.
Armel: El mecanismo de contabilidad del carbono a través de cuotas de carbono negociables fue iniciado por el economista Pierre Calame en Francia en 2009. Lo retomamos en 2019, durante la Convención Climática de los Ciudadanos en Francia.
En definitiva, se basa en dos pilares: dar a cada ciudadano un cierto número de puntos de carbono, una moneda de carbono, que se utilizará para pagar el contenido de carbono de todos los productos y servicios que compre; y exigir a las empresas que etiqueten el precio de cada producto no solo en euros, sino también en contenido de carbono. De esa manera, los ciudadanos pueden rastrear lo que están consumiendo.
Las cuotas se renovarían anualmente, con una reducción del 6%. Esta pequeña reducción cada año en 30 años supondrá un 80% menos de carbono consumido. Y la reducción del 80% es realmente lo que necesitamos para lograr el equilibrio planetario, ya que no podemos emitir más CO2 y gases de efecto invernadero de los que los bosques y los océanos pueden absorber. Ese es el objetivo: para llegar por debajo de 2 toneladas por ciudadano en 30 años. Por ejemplo, cada ciudadano comenzaría con 9.000 puntos de carbono, el equivalente a 9 toneladas, que es el consumo medio europeo actual. 9.000 puntos de carbono para el primer año, luego 8.500 el segundo año, etc.
La buena noticia es que las disparidades son muy significativas. Los más ricos son también los principales consumidores de carbono. La diferencia que tenemos es que solo el 32 % de las personas están por encima de la media de 9 000, y muy por encima de ella, mientras que el 68 % de los europeos están por debajo de 9 000; por lo que tendrán un excedente. El excedente significa que serán recompensados por su moderación, ya que podrán vender el exceso de crédito de carbono que tienen si necesitan llegar a fin de mes. Este es el aspecto social de este enfoque, para recompensar a todos los que gastan menos carbono.
Por qué los ciudadanos deben ser la fuerza motriz
Creemos que incluso si los políticos con visión de futuro decidieran implementar esto, no funcionaría. Es necesario que haya una decisión mayoritaria apoyada por los ciudadanos para que dicha propuesta sobreviva durante 30 años. Pedimos a la Comisión Europea que establezca asambleas de toma de decisiones sobre el clima de los ciudadanos en cada país. Los ciudadanos deben ser la mayoría de los responsables de la toma de decisiones sobre cómo procederemos, cómo actuaremos. ¿Deberíamos tener una agencia central o agencias regionales, debería darse el crédito año tras año, o mes tras mes? ¿Deberíamos dar la misma cantidad a los niños que a los adultos? Estas preguntas siguen abiertas y necesitamos un debate.
Por qué elegir la iniciativa ciudadana europea
Creemos que la Iniciativa Ciudadana Europea es un buen enfoque para comunicarse con todos los ciudadanos europeos, y también es una forma de reunir a las ONG, pero posiblemente también a las empresas. Tenemos empresas a nuestro alrededor interesadas en avanzar en el tema de la contabilidad del carbono.
¿Quieres saber más? Lea esto: Iniciativa Ciudadana Europea - Conceptos básicos
Me gustaría asegurarme de que las empresas también contribuyan a esta iniciativa, porque confiar únicamente en las ONG y los ciudadanos es bueno, pero necesitamos asociaciones con empresas que puedan informar a sus clientes de que es importante tener debidamente en cuenta lo que está sucediendo con el clima, y actualmente estamos creando una coalición de empresas.
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Colaboradores
Armel PrieurArmel Prieur es el presidente de la Asociación para el Empleo Bajo en Carbono y coanfitrión de Carbon Accounting Alliance, una red de organizaciones asociadas cuyo objetivo es garantizar un equilibrio climático a través de una moneda basada en el carbono distribuida a todos los ciudadanos para estimular a las empresas. Armel Prieur es también el autor del manifiesto Compter y la novela Satis.
Las opiniones expresadas en el Foro de la ICE reflejan exclusivamente el punto de vista de sus autores y no puede considerarse que reflejen, en modo alguno, la posición de la Comisión Europea o de la Unión Europea.



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