La Iniciativa Ciudadana Europea tiene por objeto hacer que la UE sea más democrática, transparente y accesible a los ciudadanos. Sin embargo, muchas de las esperanzas expresadas originalmente sobre este prometedor instrumento joven siguen sin cumplirse. Además de los obstáculos burocráticos y los déficits técnicos percibidos por la herramienta, carece de la publicidad necesaria para tener un impacto real. En la UE, los medios de comunicación escriben más sobre el déficit democrático que sobre la Iniciativa Ciudadana Europea. Esta falta de publicidad constituye un obstáculo para el éxito del compromiso con los procesos de elaboración de políticas de la UE en el trabajo.
Hace unos meses, la Comisión Europea presentó una propuesta de reforma que muchos llevaban mucho tiempo pidiendo. La propuesta tiene por objeto aprovechar todo el potencial de la herramienta participativa facilitando a los ciudadanos la inclusión de cuestiones en la agenda política.
Por último, ¿más publicidad? El Parlamento Europeo promete desempeñar su papel
El principal objetivo de la Iniciativa Ciudadana Europea es capacitar a los ciudadanos para que incluyan cuestiones en el orden del día a escala de la UE con el fin de dar publicidad a la cuestión en cuestión y lograr un mayor impacto a nivel político. Una campaña de sensibilización solo tendrá un impacto menor por sí sola, pero requiere un debate público sobre la cuestión para lograr cualquier cambio concreto; esto es cierto no solo en Bruselas, sino en todos los países de la UE. Por consiguiente, todos los ojos están a la altura del Parlamento Europeo para hacer frente a este reto.
El Parlamento es el foro europeo central en el que se debaten abiertamente las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos. Por lo tanto, debe desempeñar un papel destacado en el seguimiento de las iniciativas ciudadanas europeas que hayan prosperado. La buena noticia de Bruselas es que el Parlamento ha anunciado recientemente su intención de presentar una enmienda a su propio Reglamento, a fin de garantizar que puedan celebrarse debates públicos en el Pleno del Parlamento sobre iniciativas que hayan prosperado.
Se trata de un gran paso en la dirección correcta. El propio Parlamento Europeo también se beneficiaría de estos debates, ya que con demasiada frecuencia ha sufrido una falta de atención de los medios de comunicación en comparación con la Comisión Europea a lo largo de los años. Sin embargo, muchas iniciativas se centran en cuestiones controvertidas y controvertidas, lo que brinda la oportunidad de dar a conocer la Iniciativa Ciudadana Europea tanto a los ciudadanos como al propio Parlamento Europeo.
El debate institucional se centra en la participación
Independientemente de su alcance, el Reglamento revisado brindará la oportunidad de introducir mejoras tangibles en las normas que rigen la Iniciativa Ciudadana Europea. Esto garantizará que el registro y la organización de la iniciativa sean más fáciles y más accesibles para todos y cada uno de los ciudadanos de la UE que deseen hacer uso de la herramienta.
Pero se trata de algo más: para la UE, esta reforma podría marcar el inicio de una edad cada vez más abierta y transparente, en la que da más peso a las nuevas formas de participación ciudadana. En última instancia, esto podría dar lugar a una nueva «arquitectura de participación» que dote a los ciudadanos europeos de oportunidades adicionales de participación y compromiso. No es solo la Iniciativa Ciudadana Europea la que dista mucho de haber alcanzado todo su potencial democrático, sino que también es la propia UE.
Colaboradores
Dr. Dominik HierlemannDominik Hierlemann es experto principal en Bertelsmann Stiftung, jefe del proyecto Participación en Europa. Imparte conferencias sobre nuevos métodos de participación ciudadana en la Universidad de Konstanz.
Christian Huesmann es director de proyecto del programa «Futuro de la democracia» de Bertelsmann Stiftung.
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