Estoy profundamente preocupado por el futuro de los derechos humanos en Europa. Una Europa secuestrada por las grandes farmacéuticas.
La criminalización de la libertad de circulación en 2020 fue la mayor violación de los derechos humanos desde la Segunda Guerra Mundial.
Oficinas de
pasaportes cerradas.
Puntos de control de la policía cada 30 km más o menos.
Persecuciones penales por salir de casa.
Estas son solo algunas de las actividades criminales legalizadas de los gobiernos de los estados miembros de la UE.
Eso nunca debería repetirse. Propongo
que se prohíba cualquier otra legislación que tipifique como delito la libertad de circulación y que se reviertan todos los efectos de los procesos penales relacionados con la COVID-19.
Las opiniones expresadas en el Foro de la ICE reflejan exclusivamente el punto de vista de sus autores y no puede considerarse que reflejen, en modo alguno, la posición de la Comisión Europea o de la Unión Europea.

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